martes, 27 de mayo de 2008

Utopian Dreams

El brazo describió un elegante arco en el aire, pero errando en su objetivo. El cuerpo se acompasó a los movimientos, y la grácil figura permaneció de pie, inmutable tras el salto. Las miradas se entrecruzaron.
Los ojos de la primera denotaban fiereza. Se clavaban con firmeza y seguridad en las pupilas de la otra, que apenas podía respirar, y que no exhalaba más que un aura de sorpresa. El juego ocular no le proporcionó más que unos instantes de tregua.
Aprovechó para mirarla con toda la parsimonia posible dadas las circunstancias. La furibunda chica era alta, de complexión fuerte. El pelo, que era corto, liso y negro, enmarcaba un duro rostro, de marcadas facciones. La nariz era pequeña, lo cual no hacia sino destacar sus grandes ojos, de color rojo intenso, que estaban enmarcados a su vez por unas largas y oscuras pestañas. La ropa que llevaba era de color negro.

Claro que... ¿quién se iba a fijar en su ropa pudiendo fijarse en el enorme sable que portaba?

Jadeó, esquivando un nuevo ataque. Su resistencia estaba al límite, en cualquier momento se produciría el golpe fatal... Aunque si se paraba a pensarlo friamente, si la chica hubiese querido matarla, podría haberlo conseguido hacía bastante. De alguna forma, incluso le resultaba fácil evitar los golpes. Quizá no estaba atacando de verdad...

De pronto escuchó la voz de alguien llamándola, y se dio la vuelta. Se encontró de frente a él.

-Llevo media hora llamándote, ¿qué estabas haciendo?

La chica, todavía casi sin aliento, miró hacia abajo y vio la suciedad y el barro de la ropa. Después miró a su alrededor, y no vio nada más que el paisaje que había antes de la aparición de la otra. Él la miró, inquisitivo.

-Cualquiera diría que te has peleado con alguien.
-Creo... Creo que estaba peleando conmigo misma.



[...]
[Todavía me queda tanto por aprender y pulir...]

[No sentimental value to the rose that fell on your floor.]

sábado, 24 de mayo de 2008

Yomenie~ [Nille]


[Fragmento de una larga historia que todavía sigue creciendo...]

[...]

-Lo sé. Y debéis apurar el paso. Dentro de poco, no habrá demasiados lugares seguros para ti en Ména. Tal vez hayas escuchado alguna vez el eco de la palabra “guerra”. Un eco terrible, es ese. Trae dolor, sufrimiento, amargura. Saber que estás en medio y que no puedes hacer nada...Pero tú qué sabrás, princesa. Siempre has estado recluída en el reino de tu mente. En tu reino... Te explicaré en pocas palabras lo que esta guerra que pronto empezará podría significar para ti. Si Alasse se uniera a algún bando, sería por decisión de tus padres. Recuerda que ellos son los monarcas de la ciudad. Lalaith, eres joven para saberlo, pero te darás cuenta poco a poco. El poder corrompe. Cuando saboreas el dulce sabor de la victoria, cuando sientes en ti que tienes en tu mano los hilos del triunfo... no te conformas con eso. Quieres más. Le puede pasar a cualquiera. Nolwe e Indil entran en ese grupo. Como todos.

-¿Cuándo empezará?

-Ya empezó. O quizá no ha empezado. Quizá realmente lo que pasa es que nunca terminará. Mientras a alguien se le ocurra que puede pasar el tiempo ganando tierras, o lo que sea que quiera, las guerras persistirán. ¿Has oído hablar de la Undume Ohta?

-Claro... la cuarta Gran Guerra. Fue hace unos cien años... Yo... yo no había nacido... faltaba mucho para que yo naciera... ¿En qué puede influirme en el presente?

Nille ignoró la pregunta y siguió hablando:

-Qué sabrás tú de dolor... Yo viví esa guerra. No directamente, por supuesto... yo era una cría, y fue aquella una lucha de Hombres. Los elfos apenas intervinieron, y mi gremio permaneció al margen. No fue fácil, pero tampoco excesivamente difícil. A diferencia de los elfos de ciudad, que están en continuo trato con los humanos, los silvanos vivimos... viven aislados. Como te habrán contado en la escuela, princesa, la guerra duró quince años. Quince largos y penosos años, donde la relación con cualquiera no perteneciente a tu familia era tirante. ¿En quién confiar? ¿A quién acudir? ¿De quién renegar? Siempre te lo han dado todo hecho, princesa. Es una suerte para ti emprender este viaje. Te ayudará a aprender a ser tú misma y, ¿quién sabe? Tal vez algún día lo seas.

Ante tan duras frases, lo único que hizo Lalaith fue bajar la mirada hacia sus manos.

-Estás empezando a darte cuenta de lo que te digo. Sí, haces bien en mirar tu manos... nunca han trabajado de verdad. Son blancas, suaves y firmes, ¿verdad? ¿Qué tal le sentarían un par de cicatrices? Sí... como ya te he dicho antes, está dando comienzo una guerra... Incluso puedo empezar a imaginar su nombre... ¿cuál será? Naikelea Ohta, la guerra dolorosa... Níri Ohta, la guerra de las lágrimas... Osse Ohta, la guerra del terror... ¿Queréis oír más?

-Tus palabras son crueles...- de los ojos de Lisse asomaban dos lágrimas.

-No pretendía ser delicada, Laitale. Una batalla nunca lo es. La crudeza del verdadero mundo está empezando a ponerse delante de vuestros ojos. Aceptadlo, tragaos vuestro orgullo y mirad a vuestro alrededor. Cada cual vela por sí mismo, pues en el caso contrario, muere. Tal vez creíais que la vida consistía en chasquear los dedos- Lalaith quiso discrepar-, pero os empezáis a dar cuenta de que no. Es un principio el hecho de que se tambalee tu fe en el destino, princesa. Alguien que cree que todo está prefijado nunca sabrá forjarse su camino.

-¿Cómo sabes eso sobre mí?

-Los ojos son el espejo del alma, princesa. Creí que lo sabrías.

-¿Por qué llevas siempre esos anteojos oscuros?

-¿Tengo que decírtelo mil veces? Los ojos son el espejo del alma... y no creo que tú quieras ver la mía.



[...]

[Adoro a Nille. La adoro. Está mal que lo diga, pero es cierto... :P]

domingo, 18 de mayo de 2008

Hmpf


NO


No a todo. Al mundo, tal y como lo percibo. A las relaciones humanas, tal y como las enfoco. A las horas desperdiciadas, esas que me gustan tanto. A estudiar mal, por mucho que me pese. A ser una floja, por tiempo que me cueste.

Sencillamente, no.


Nunca fue una palabra demasiado recurrente en mi vocabulario. Siempre ha abundado el "sí", junto con sus eufóricos sinónimos [Yay, Hai, Wii, Yeah...]. Pero de vez en cuando, las cosas deben cambiar, y un poco de veneno nunca viene mal, en las cantidades adecuadas.

Así que esta vez digo no.

Ya basta de dármelas de egocéntrica y después no conseguir ser egoísta cuando necesito serlo.


No. No, no, no y no.


A quien no le guste, que le eche azúcar.


Y punto.

sábado, 17 de mayo de 2008

Imperceptible frontera


Cuando abrió los ojos se percató de que ya no estaba en el mismo lugar. Todo era idéntico, pero a la vez diferente. Resultaba extraño, aunque a su alrededor nada había cambiado, todo le resultaba ajeno. Y no sabes por qué, ¿verdad?. Intentó hacer memoria, pero para su sorpresa y horror, no recordaba nada en absoluto. Tenía la sensación de que no había estado en ese lugar demasiado rato, pero su propia mente le engañaba, haciéndole pensar que llevaba allí largo tiempo...

Al principio no se desesperó. Siempre había sido una persona racional. Intentó buscarle al asunto una explicación lógica. No la encontró. Pero tiene que haber alguna.... Se sentó en una silla, ¿De verdad había una silla ahí antes? y hundió el rostro entre las manos.

-Joder... - escuchó su voz, pero no pudo obtener la seguridad de haber pronunciado la palabra.

Intentó no perder la calma. Se concentró en intentar describir lo que veía a su alrededor. Pero las palabras no salían, se vio incapaz. Lo veía todo, pero no veía nada.

Una curiosa pregunta le asaltó: ¿Quién era? Eso... ¿quién eres?. Siempre había creído tenerlo claro. Pero ahora era incapaz de responder.

Siempre... nunca... conceptos tan sencillos como estos le parecían ahora totalmente ajenos.

La calma inicial daba paso a un ligero proceso que poco a poco le iba llevando hacia la locura. Claro que no se percataba. Lo sabía, pero no se daba cuenta.

En el fondo lo sabes...
-No, no lo sé...
Sí que lo sabes...
-No... no...
Entonces... ¿con quién estás hablando?


Abrió mucho los ojos y notó cómo las lágrimas acudían y se deslizaban por sus mejillas.

Al fin lo había comprendido...



[...]

[... Y si fuera mi vida una escalera me la he pasado entera buscando el siguiente escalón, convencido que estás en el tejado esperando a ver si llego yo ...]

miércoles, 14 de mayo de 2008

La grandeza del universo


[... ¿Alguna vez te has planteado lo insignificante que es tu existencia en este planeta? Yo lo he hecho. Es algo que nunca olvidaré.
(...)
Toda la familia fuimos a ver un partido de béisbol... al estadio...
(...)
Miraras donde miraras, estaba lleno de gente.
(...)
... significaba que toda esa gente eran sólo unas dos milésimas partes. Me sentí más pequeña aún. No era sólo que era una minúscula parte en el mar de gente de ese estadio... es que ese mar de gente... era sólo una gota en el océano. Yo pensaba por aquel entonces... que era una persona especial.
(...)
... vi que las cosas que había a mi alrededor... habían empezado a perder su color.
(...)
Si... había tanta gente en el mundo... seguro que había alguien viviendo una vida interesante fuera de lo normal. Estaba segura de eso. ¿Por qué no era yo esa persona? Eso era en lo único que pensaba...
(...)
No va a pasar nada divertido si te quedas esperando a que pase. Así que en secundaria decidí cambiar de actitud. Quería demostrarle al mundo que no estaba dispuesta a esperar que las cosas simplemente vinieran a mí. ...]
[Suzumiya Haruhi no Yuutsu =)]


[...]


¿Os creíais que la cita venía a cuento de nada? Pues no!

Retomemos la pregunta inicial: ¿Alguna vez te has planteado lo insignificante que es tu existencia en este planeta?

¿Y quién no? A fin de cuentas, sólo somos una pequeñísima parte del mundo. Y este, a su vez, es una pequeñísima parte del universo. Teniendo esto en cuenta, suena egocéntrico pensar que tus actos afectan a... cualquier cosa. No somos nadie. Nadie es nadie, a escala universal.
Resulta curioso... Vives, piensas, sufres, amas, haces daño, te hacen daño... Y total... ¿Para qué?


Es frustrante buscar tu lugar en el mundo. La única solución posible es crearte un mundo particular. Rodearte de tu propio sistema. Porque, aunque nadie es nadie, todo gira alrededor de todos. Lo que afecta a uno, afecta de modo exponencial a los demás.
Si consideras esa pequeña porción de mundo como tu verdadero mundo, es cuando puedes empezar a sentirte "alguien".

Como Haruhi, yo siempre creí que era especial, que de alguna forma estaba destinada a "algo".
A diferencia de Haruhi, el descubrir la insignificancia intrínseca a todas las personas no me hizo cambiar el rumbo. Sólo me hizo abrir más los ojos...

Creo que todos estamos destinados a ese "algo", sea lo que sea. A pesar de no ser nadie, todos somos especiales y únicos.
Y eso es lo que realmente hay que tener en cuenta.

Que le den al Universo. El mío está en la Tierra.

sábado, 10 de mayo de 2008

Destino


Los dados son, sin duda, objetos curiosos. Y siempre me ha atraído la relación que tienen con el concepto de "destino".

Yo solía creer en él. De pequeños somos tan ingenuos... Realmente echo de menos aquella inocencia, aquella fe ciega en todo. Poco a poco me fui dando cuenta de que la predestinación era algo absurdo. Tan absurdo como imposible: ¿estaban todas nuestras vidas programadas?

Entonces empecé a creer que sólo determinadas cosas estaban destinadas a suceder. "Conocer a X persona", "ir a X sitio". Mi fe en el destino se tambaleaba, pero todavía quería creer en algo.

Poco a poco me di cuenta de que no quería que existiese el destino. Realmente, no quería creer en esa opresión. ¿Haga lo que haga, me va a pasar ese acontecimiento que dará un giro a mi vida? No, gracias, eso no es para mí. Comencé a saborear la dulce esencia de la libertad. Libertad de escoger quién soy, qué hago y qué quiero. Libertad para escoger mi propio destino, sea el que sea. A nadie le gusta sentirse una marioneta, y eso es lo que representa la predestinación.

Es duro pensar que hagas lo que hagas, eso era lo que debías hacer por estar "destinado a ello". Pensar eso nos priva de toda libertad de actuación. ¿Actuamos como queremos o como nos ordenan? ¿Actuamos porque sí o porque hay algo que intercede para que realicemos aquellos actos? ¿Somos entonces, libres? Por eso no creo en el destino. Prefiero creer en la libertad.

Quizá un día me despierte con la certeza de que estaba equivocada, y de que nadie es libre. Pero quizá un día me despierte con una sonrisa, sabiendo que tenía razón, y que todos lo somos.

Ahora sólo te queda pensar tu decisión. ¿Qué camino escoges?

Come with me...

[01:30, 21/06/07]


[...]

[... Y así me paso el día entero, o estoy mejor que bien y tengo el mundo entero a mis pies... O tengo dentro mil infiernos, y se me cae la piel a cachos, y a veces pierdo... y a veces pierdo la razón ...]

jueves, 8 de mayo de 2008

Pequeña retrospectiva

[Escrita hace poco, y desencadenada por todos los acontecimientos de los últimos dos años...]


Si hay algo que he aprendido a lo largo de los años que formaron mi personalidad es a ser más fuerte de cara al mundo. A ver, a observar todo con una mirada más segura. A confiar más en mi misma, y a demostrarlo.

Si hay algo cierto, es que es importante saber alzar una barrera entre tú y los demás en determinados momentos. Dedicarte tiempo a ti. Pero no un tiempo de autocompasión y lamento, sino un tiempo de reflexión y sosiego. Momentos de soledad en los que no te sientas solo. Momentos, en conclusión, vitales para ser uno mismo, firme y decidido.

Soy más fuerte de lo que era antes, y diferente en algunos aspectos. He aprendido a no fiarme, a no idealizar a las personas. A darme prioridad en determinados momentos en los que antes no lo hacía. De alguna manera me da pena haber perdido aquella inocencia. Aquella aura de "no me hagas daño". Ahora no permito que lo hagan, no si está en mi mano impedirlo. Aún así, repito, me da algo de pena. Lo cierto es que siempre fui muy confiada. Siempre he creído en una especie de bondad intrínseca a las personas que a mí me interesaba conocer. Obviamente, no siempre me fue bien (aunque puedo decir que tengo bastante buen ojo...).

Pero para avanzar hay que tropezar, caer, levantarse y reanudar el paso. Sino, es muy posible equivocarse de camino...

Y diría que de alguna forma, me va bastante bien. Me encuentro de fábula, eso mínimo.


[...]


[... Y me siento mejor si sé que tengo una estrellita pequeñita, pero firme...]

lunes, 5 de mayo de 2008

Don't forget who you really are (Parte 2)


[Segunda parte, y última :)]

No ligo casi nada. La gente acostumbra a ver en mí una amiga, y nada más. Cuando me gusta alguien, veo señales donde no las hay, y no me percato de las obvias. Me fijo mucho en cosas inútiles, pero soy incapaz de recordar la ropa de la gente. Es raro que me de cuenta de los cortes de pelo de los demás. Me entrego demasiado cuando quiero de verdad. No sé decir "no", o me cuesta muchísimo. A veces soy extremadamente racional, y a veces hago sin pestañear cosas de las cuales una conciencia normal se quejaría. Me duele ver mal a la gente que quiero, y me jode no ser la solución a sus problemas. No suelo tener frío, soy adiabática, siempre en manga corta. Me encanta llevar escote. No me gusta usar paraguas. Adoro mojarme, y danzar bajo la lluvia.


Me gusta anotar las frases buenas de los libros, videojuegos, películas, etc que pasan por mis manos. Considero que el sexo es muy divertido. Ya no creo en el amor a distancia, aunque hace años fui su más ferviente defensora. Colecciono abanicos. Duermo con una pera de peluche XD. No suelo usar lentillas porque me encanta llevar gafas. No me gustan las marcas. Escucho diferentes grupos de música por rachas. Me encanta el café, sobre todo en buena compañía. Adoro viajar. Echo de menos a mucha gente. ¿He dicho ya que me gusta hablar de mí?



Soy, en definitiva, yo misma. Y con mis defectos, y mis virtudes, aquí sigo, ofreciéndoos mi más amplia sonrisa y disculpándome por haberos soltado este tremendo rollo.


[...]

[Y cuando sale, el sol, empieza a bailar... y cuando ríe, el mundo entero me da igual]

[18 días para el concierto de Extremoduro]

Don't forget who you really are (Parte 1)


[Qué mejor que empezar con una auto-descripción... Irá en dos partes, porque es bastante larga]

Lo admito. Soy una neurótica, paranoica y friki. Considero muy importante recibir cariño, y me pongo extremadamente derrotista cuando me siento sola. Aún así suelo ser alegre y optimista, y suelo estar de buen humor. También lo admito: soy un poco rencorosa (antes lo era más), y quizá egoísta en una escala algo mayor de lo que me gustaría. Me rompo la cabeza con tonterías. Me creo mis propios puzzles mentales, y me obsesiono por hacer encajar cada pieza, aunque no las tenga todas, o aunque algunas sobren. Y me lo paso de vicio haciéndolo. Rallo a la gente con mis teorías absurdas, en espera de que alguien se las crea. Con esperanza de creérmelas yo si las pongo por escrito. Mis esquemas mentales son de todo menos esquemáticos. Me gusta hablar de mí misma, y cojo confianza con la gente muy pronto.


Adoro besar, y ser besada. Podría estar besando todo el día. Adoro abrazar, y ser abrazada. A veces los recuerdos dolorosos permanecen demasiado tiempo en mi cabeza, y a veces desaparecen de ella tras suceder. Soy bastante vaga. Hace años era una buena estudiante, pero me fui deteriorando con el tiempo, y me cuesta ponerme las pilas. Aún así, adoro mi carrera. Necesito escribir siempre, pero por desgracia soy consciente de que mis textos no son especialmente buenos. A pesar de ser bastante acomodada, soy a la vez nerviosa: mis manos siempre tienen que tener algo que hacer. Mi pelo es imposible de peinar, se enreda sobre sí mismo sin apenas quererlo. Suelo asociar canciones a determinados momentos o a determinadas personas. Me cuesta mucho desasociarlas después en mi mente. El resultado: artistas vetados en mi lista de reproducción de música. Me obsesiona un personaje de videojuego, hasta límites insospechados.


A veces me siento furiosa o triste sin ningún motivo, pero también funciona a la inversa, y soy capaz de sonreír espontáneamente sintiéndome muy bien después sin haber una razón concreta. No me suelo enfadar. Es muy raro verme a mí cabreada. Pero no es imposible, heredé el carácter de mi familia... y es de armas tomar. Hablo muy bajito, y recién levantada apenas vocalizo (oh, tengo muy buen despertar, por cierto). Soy muy desordenada y caótica, pero dentro de mi desorden, yo me entiendo. Estoy verdaderamente enganchada a internet. No fumo. Me gusta ir de cañas, y empiezo a aborrecer los cubatas. No se me da bien la fotografía, pero me encanta sacar fotos y fotos y fotos de la gente que quiero. Quisiera tener recuerdos gráficos de todos los momentos importantes de mi vida. Acostumbro a rallarme pensando qué acontecimiento fue el que desembocó en los siguientes...


[...]
[Continuará :)]

[Me gusta poder elegir, no me gusta tenerme que callar]

domingo, 4 de mayo de 2008

So here it begins...

Por si no fuera suficiente con flickr/fotolog/web/blog, aquí estreno hoy un nuevo blog, en el cual iré subiendo cositas aleatorias escritas por mí. Eso sí, no esperéis una calidad abrumadora, ni esperéis actualizaciones a ritmo constante xD.

[Cosas que pasan, siempre tengo que hacer cosas de estas... :P]



[...]
[Decidí aprender a hacerme yo la maleta para poder vivir]